En mi experiencia dentro de
las oficinas gubernamentales he observado una constante y es el ejercicio de
las relaciones públicas sin saber o estar conscientes de ellas, - este artículo
es sin menoscabo de menospreciar la labor que ahí se realiza y al contrario,
quiero de la forma más humilde, abonar a la reflexión sobre la falta de
reconocimiento a la labor de quienes están al frente de esas oficinas y de
quienes les contratan-.
Ya en España han llamado a
estas oficinas “jefaturas de prensa,
gabinetes de comunicación o relaciones públicas”, incluso se han escrito artículos al respecto como el de Fernando Moya Hiniesta de la Universidad de
Sevilla –España-, titulado “Los gabinetes de prensa en instituciones y empresas.
Información vs. Relaciones Públicas”, en el que expone la labor diaria de estas
oficinas.
También he observado, que
existe un pavor, un dejo de extrañeza de parte del personal, o hasta un rotundo
no, al señalar que esas oficinas deberían de llamárseles de Relaciones
Públicas, y es que si en la iniciativa privada se ha estado incorporando o
creando la oficina de publicidad/comunicación a una oficina de relaciones
públicas, en las instituciones públicas o gubernamentales debería suceder lo
mismo.
Además, se ha supeditado y malentendido
que una oficina de Relaciones Públicas es mucho más que una instancia que
organiza eventos como desayunos, paseos, visitas guiadas. Es común ver que en
las oficinas de Relaciones Públicas se encuentra personal que habla varios
idiomas, que recomienda la usanza para la vestimenta dependiendo de la ocasión,
es quien decide el arreglo floral, quien contrata edecanes, quien recibe en el
hotel, etcétera, y se han abierto otras oficinas para hacer las otras labores
de Relaciones Públicas llamándolas para no confundir con otro nombre como; Protocolo y Eventos, Comunicación Social,
Jefatura o Departamento de Prensa, Difusión, y otros tantos a contentillo
de quien llegue al frente de una institución. Todo esto porque se desconoce que
fue precisamente la prensa y las relaciones con ella lo que originó la
disciplina de las Relaciones Públicas.
Se desconoce que
precisamente es el o la publirrelacionista quien se dedica a estudiar,
investigar y proponer esquemas para mejorar la reputación de la institución,
funcionario/a, o gobernante en turno. Porque es con el uso de las estrategias y
técnicas de Relaciones Públicas que pueden conseguirse muchos de estos objetivos.
En México y otros países,
las Relaciones Públicas van en camino ascendente a ocupar el sitio que les
corresponde, aunque para ello es necesario generar pautas de reflexión al
respecto; entender que esta disciplina va mucho más allá de un aspecto y
considera que para funcionar se necesita del conocimiento de la misma por parte
de los distintos organismos ya sea públicos o privados para contemplarlos
dentro de sus organigramas.
Bajo cualquier esquema, como
oficina gubernamental, institucional y/o empresarial, tiene la misión de
generar mejores encuentros con la sociedad, compuesta por distintos públicos
con distintas necesidades.
En muchos casos se invita a
un periodista a hacerse cargo de esta oficina, porque sabe -así debería ser o
al menos es un supuesto- el manejo de la información, la agenda de las y los
periodistas, sabe lo que se puede y no hacer en el gremio, conoce las
particularidades y necesidades de cada medio, sus formatos y por supuesto de
cada periodista. Pero su función va más allá, porque ahora tiene la
responsabilidad de gestionar espacios, preparar eventos, prever posibles crisis
de información y actuar en su caso.
También podría caer en la
antipatía de algunos trabajadores y trabajadoras de medios, pues se ha pasado
de ser quien cubre la fuente a un interlocutor entre la fuente y quien tiene la
responsabilidad de cubrirla, podría caer en el peligro o tentación de ser
demasiado condescendiente con sus más allegados y dejar de lado a otro
importante grupo de reporteros. En este sentido debe ser bastante astuto para
conservar a sus más leales y cercanos a quienes recurrirá como apoyo en tiempo
de crisis y mantener buenas o crear relaciones con los demás.
El publirrelacionista, en
otros casos procede de una agencia, o apenas recién salido de la universidad, y
deberá también tomar en cuenta esos aspectos y trabajar en ellos. En México y
América Latina, estamos empezando a generar una reflexión en torno a las
oficinas de comunicación social o prensa como y en función de las Relaciones Públicas.
Un periodista es por
experiencia un publirrelacionista, y un
publirrelacionista no necesariamente puede ser periodista, de ahí el entender y
comprender que cuando se llega a un espacio como es un Departamento de Prensa o
Comunicación Social, se considere el uso de las herramientas propias de las
Relaciones Públicas, y a la larga veremos como las oficinas de prensa
entenderán que su labor es más allá de sus relaciones, comunicación y nexos con
los distintos medios de comunicación, pues sus públicos consumen información en
los medios, pero también viven las experiencias de las acciones de las
instituciones y empresas.
Un encargado o encargada de
oficinas de prensa y/o comunicación social deberá ya plantearse cuál es su
función, entender que se pueden generar ahorros significativos al
implementar estrategias no costosas sin
necesidad de recurrir a los grandes medios de comunicación e información.
El reto es comenzar a
experimentar con los flashmob, un btl, las activaciones, viralizar un video o
imagen en redes sociales, las transmisiones en directo por Facebook, el uso de
twitter, el street marketing social, y la pregunta es si ¿las encargadas y los
encargados de estas oficinas podrán adaptarse a estos tiempos, o bajo el miedo
de una crisis se resistan a los nuevos tiempos de la Comunicación y las
Relaciones Públicas?
La respuesta es que tienen
que hacerlo, cada vez más la ciudadanía exige una mejor administración de los
recursos públicos, cada vez se cuestiona y critica más la enorme cantidad de
dinero que se derrocha en las empresas de los medios de comunicación e
información, recursos que podrían aplicarse en obras sociales que beneficien a
un pueblo o comunidad.
Las empresas privadas lo
saben, han descubierto que cuando realizan acciones de “responsabilidad social”
con la comunidad su reputación mejora, que cuando invierten en la comunidad en
la que está inserta, ésta responde mejor que cuando se invierte en una gran
cantidad de publicidad comercial, que en muchos casos sólo va a la basura.
Las instituciones
gubernamentales se encuentran en este momento en una gran crisis de
credibilidad, a cualquier persona que se le pregunte en la calle qué opinión le
merece el gobierno en turno, la respuesta es predecible “no sé”, “parece que
roba más o menos que la anterior administración”, “todos son iguales”, “son
ineptos”, etcétera, es difícil encontrar una opinión favorable de los gobiernos
en turno.
Es por eso que las oficinas
de Comunicación Social y Jefaturas de Prensa, deberán, sino comenzar a
replantearse como una Oficina de Relaciones Públicas, si en considerar las
herramientas que esta disciplina domina para generar una mejor reputación del
gobierno en turno y atenuar las crisis continuas de información y credibilidad.
Aunque también podría
presentarse esta disyuntiva; que en las oficinas de Comunicación Social o de
Prensa lo entiendan, pero no los gobernantes o titulares de las instituciones
gubernamentales.
También persiste la amenaza
de los medios de comunicación como empresas, pues al recortarse el presupuesto
destinado a publicidad, comenzarán a criticar las acciones del gobierno en
turno, presionarán con el objetivo de incrementar o mantener el flujo de
recursos económicos que los gobiernos destinan, mediante convenios de
publicidad a estas empresas. Además, como mucha gente sabe, el costo de la
publicidad gubernamental es mucho más cara que una publicidad comercial para
empresas no gubernamentales, se incrementa hasta en un mil por ciento. Este si
es un gran reto, pues las personas encargadas de estas oficinas tienen que
mantener las buenas relaciones con medios de comunicación, generar ahorros e
incrementar la buena imagen de las instituciones en la comunidad.
¿Dejar las oficinas de
Comunicación Social o de Prensa como están, o replantear las funciones de la
misma pensando en la comunidad a partir de las Relaciones Públicas?
Les dejo esta
pregunta a su consideración, que tengan un excelente día, comentarios a mi
twitter @TeoBriceo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario