Quiero
aprovechar este espacio para hablar de algo que a muchas personas nos preocupa,
y tiene que ver con el manejo de nuestra imagen personal y profesional, de cómo
nos ven y cómo queremos ser vistos.
Por
aquello de una imagen vale más que mil palabras o como te ven es como te
tratan, y es que pareciera que tienen razón aquellas personas que dicen que lo
que te pones, hablas o manifiestas en tus actos es lo que eres.
Si
queremos corregir eso, lo primero que tenemos que hacer es un examen de
nosotros mismos, una auto evaluación, podría ser dolorosa, pero como toda
corrección, como toda operación así tiene que ser, por ejemplo si quieres tener
un buen cuerpo vas al gimnasio y a base de mucho esfuerzo y sacrificio lo
logras, puedes decir también “me opero y ya”, pues sí, es más rápido pero la
operación y sus consecuencias son dolorosas y tuviste que hacer una buena
inversión económica.
Una
vez hecha la autoevaluación, la pregunta es qué queremos corregir, qué parte de
nosotros mismos nos interesa vender, o qué queremos que piensen de nosotros.
Si
nos interesa que nos vean como personas trabajadoras, independientemente de
cuál sea nuestro giro de trabajo, pues hagamos bien el trabajo desde la primera
vez, porque una vez que nos hacemos la fama se puede cumplir –por un rato-,
aquel dicho de “crea fama y échate a dormir”, pero no siempre funciona.
Si
queremos que nos vean como personas que siempre tienen algo interesante que
aportar o decir, pues trata de leer todos los días algo diferente, no las
revistas de chismes, sino notas interesantes del periódico, algún libro o sitio
de internet.
Una
clave importante es la coherencia entre lo que decimos, lo que hacemos y lo que
vestimos, aplica para todos los oficios, profesiones y estilos de vida, si nos
vendemos como taqueros o abogados la presentación es fundamental, un taquero
con mandil sucio, con muestras de no asearse no atraería tantos clientes, y al
contrario, podría vender mucho más dando una imagen de limpieza, con un local o
puesto limpio y si le agregamos la calidad en el servicio tendría una mejor
imagen y por consecuencia más clientes, ahora, si eres abogado, la presentación
con un buen traje de acuerdo al día, la hora, la forma de hablar, la
puntualidad en las citas, la honradez, una oficina limpia, ordenada, sin bolsas
de frituras, refrescos y otras cosas hablaría bien de ti como abogado.
La
presentación personal y lo que hablen de nosotros no tiene que ver con la
posición económica o social que tengamos, sino con lo que hagamos, de nada
sirve tener o aparentar un buen nivel económico si nuestra presentación
personal dice lo contrario, porque de que hay personas sin clase en todos los
estratos sociales, las hay.
Existen
personas de escasos recursos que tienen porte y presentación excelente,
educados, limpios, ordenadas y con un buen bagaje cultural, porque las personas
con clase existen en todos los estratos sociales.
No
se necesita de tener un guardarropa atiborrado, sin saber usar la ropa que
tenemos, para ello es necesario saber comprar lo que en verdad necesitamos, un
par de zapatos negros, un par de tenis, sandalias, un par de zapatos color
café, colores neutros en los calcetines, una o dos camisas blancas y otras dos
o tres de colores básicos son un ejemplo, en las tiendas que venden estos
artículos generalmente hay una persona que puede ayudarte a elegir un buen
outfit.
Y
por último, piensa en ti como lo que quieres proyectar, si quieres proyectarte
como una persona de éxito, pues empieza a pensar como tal, todos los días al
levantarte felicítate por lo que has logrado y da gracias por ello, el vivir y
amanecer es ya un éxito.
Una
cosa es fundamental, ama lo que eres, trátate con respeto, cuida tu cuerpo, tu
casa, porque así como te trates, las personas que están a tu alrededor te
tratarán.
Te
invito a que me envíes tus comentarios a mi Twitter @TeBriceo y en Facebook
Teodoro Briceño de la Parra, hasta la próxima.
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